Dicen que hay valientes que no los derrota ni un terremoto.
Y éso es lo que les ha sucedido a los valientes ciudadanos de la Ciudad Scout de Lorca, y entre ellos a mis hermanos scouts de allí. Como uno sólo, se volcaron con las personas que sufrieron el terremoto que ya todos conocéis. Los scouts de nuestra piel de toro son así. Y con su actuación hicieron que todos nosotros nos sintiéramos orgullosos de ellos. Durante mi estancia allí, me contaron anécdotas de los sucesos que vivieron. Con intensa emoción Felipe me contó cosas, que como él me dijo nunca se podrán olvidar. Y quede ésto como homenaje a mis valientes hermanos scouts de Lorca, no sólo mío; sino de todos los demás scouts del resto de España.
Bueno y cambiando de tercio, paso a contaros brevemente nuestra estancia allí, que fué más bonita, alegre y acogedora de lo que yo nunca podía imaginarme.
Una vez ya en Lorca, nos agasajaron a todos los que ibamos llegando, allí estaban veteranos de todas nuestras tierras de España, capitaneados por el Gran Jefe Lillo y su maravillosa esposa la Jefa Antonia, al abrazarme me decían ¡¡Manolico!! como sólo saben decirlo los buenos granaínos de casta, y si enciman son scouts ¡¡Paqué!!. Conocí a mi hermano scout de Orduña, (Vizcaya); Fernando; de gran “Humanidad”, y de mi talla XXXLL, pero un vasco con un corazón, como la catedral de Vitoria. Catalanes de Barcelona, curiosamente de un grupo que se llama Kudú, y que al verme con mi cuerno de Kudu enseguida nos hicimos fotillos con dicho cuerno, estaban encantados, y que recalco que éste cuerno no sólo es mío, sino de todos nosotros. Cordobeses como Capi y su santa esposa, sevillanos como Luis, que nos soporta a todos en la tienda Scout de Sevilla, y para que voy a extenderme, ya que soy malo con los nombres, pero a todos os llevo en el corazón (¡qué bonito me ha salido!).
Allí fue mi hermano Rafalito Contreras, que contra viento y marea, batallando y cabalgando en autobuses y trenes, como San Jorge contra el Dragón, llegó a Lorca, dándonos una vez más su buen ejemplo de Caballero Scout. Grande como el día del Señor, como yo le digo siempre.
Como decía, fuimos a cenar a una taberna típica, y allí se rompió el hielo, y a los cinco minutos, parecía que nos conocíamos de toda la vida. Cansaditos, nos fuimos a la piltra, al Hotel Alameda, sencillo pero bonito, como nos gusta a los viejos scouts.
Al día siguiente en la Alameda de la Constitución o Alameda de las Columnas como les gusta llamarla a los de Lorca, se convocó la Reunión Oficial para darnos las bienvenida a todos. Felipe, y el Gran Jefe Lillo, también el Iª Teniente Alcalde del Ayuntamiento de Lorca, (antiguo scout) nos dirigieron unas sentidas palabras. Y tambien un antiguo y veterano scout nos emocionó a todos.
Mientras Fernando, que se había apoderado de mi cuerno; empezó a bufar por ahí, y los viandantes se quedaban admirados viendo a aquélla Humanidad soltando cuernazos a diestro y siniestro. Haciendo las delicias de la chiquillería a los que iba embelesando como si del Flautista de Hamelin se tratase. Formidable el Orduñés.
Después de una comida pantagruélica, en la que todos estuvimos conociéndonos y contando nuestros planes de batalla de AISG, nos fuimos a conocer el magnífico local scout que tienen nuestros hermanos lorquinos, y en el mismo; el fantástico museo de Juan Antonio Dimas, buque insignia del Escultismo Español. Allí junto a las pertenencias de nuestro Insigne Antecesor, había de todo. No soy capaz de enumerar la cantidad de cosas interesantes, que cuidadosamente habían sido expuestas en vitrinas y anaqueles. Id por allí. Estáis invitados.
Despues nos fuimos a la Asamblea Extraordinaria, y fue tan EXTRAORDINARIA, que no paso NADA (con los nubarrones que se veian por el horizonte).
A la noche ¡Otra vez a cenar!. De verdad os digo, me voy a tirar un mes a régimen. Allí nos obsequiaron con unas camisetas, insignias y tazas, alusivas a la celebración. ¡Cómo han trabajado nuestros scouts de Lorca!.
Durante la cena se le otorgó la pañoleta ribeteada con la Enseña Nacional, al concejal antes citado. ¡Qué chulada de pañoleta!. Por lo visto es una pañoleta de honor. Esta persona siempre ha estado al lado de los scouts, y ademas fue scout de pequeño. No quiero alargarme más, pues en vez de una crónica me va salir una Epopeya. Ya cansaditos nos fuimos a la poltrona.
Y al día siguiente por la mañana subida al Castillo del Sol. Formidable baluarte defensivo, junto al cual se encuentra el Parador de Turismo. ¡¡Comida de despedida!!, abrazos y despedida de ésta gran familia scout, la cual siempre sorprende, con su alegría, con su cariño, con su humanidad y con su estar siempre dispuestos a hacer felices a los demás.
Nunca olvidaré a Lorca. Grandes hombres, valientes, generosos, fuertes como robles frente a la adversidad.
Y no sólo no la olvidaré, sino que a partir de ahora me siento uno más de ellos, y si me llaman o me necesitan, a su lado iré; como sea y en las condiciones que sean. Lorca, Ciudad Scout, ¡¡para siempre en nuestro corazón!!.
Siempre Listo para Servir Halcón de Entresierras.