Copa de Navidad 2019 de AGAE

Me vuelven a pedir que haga un relato referente a la “Copa de Navidad 2019 de AGAE”, y volvemos a las andadas. Si lo tengo dicho: que yo no se escribir sobre esas cosas. Porque ¿Qué se puede contar sin hacer referencia a los tópicos que siempre sobrevuelan al escultismo?. Pues poca cosa, sobre todo porque yo no acudí al evento porque allí fuese a encontrarme de nuevo con mis amigos, y amigas, tan queridos,  ni con personas conocidas con las que comparto las mismas ilusiones, ni porque fuésemos a reactivar ese espíritu navideño  de servicio y de solidaridad que mantenemos durante todo el año, ni siquiera porque fuésemos a cantar villancicos y manifestar nuestra alegría por estar juntos nuevamente durante estas fechas,  no, estáis muy equivocados yo fui allí, como todo el mundo: A por la cesta de Navidad. Así que esperaba ansioso la aparición de Lourdes y la posterior rifa. Pero nada, que no sacaban la cesta que tan ansioso esperaba. Ni siquiera las geniales y reflexivas frases de Baden Powell que nos repartió Toñi, acompañadas de las pulseritas traídas desde Inglaterra, ni siquiera el emotivo brindis propuesto por nuestro presi, conseguían alejar de mi la imagen de la cesta, con sus productos granadinos, pues la cesta no formaba parte del lote, que el cesto era de Toñi y había que devolverlo, pero no hizo falta, pues una vez realizada la rifa… le toco a Toñi, buaahhh buahhhh, adiós a la cesta. Mi desconsuelo era tal que ni el villancico cantado como  felicitación de navidad, ni los otros villancicos tradicionales coreados por todo el grupo, ni tan siquiera el canto y baile del Siyahamba que recordaba esos momentos geniales y emocionantes vividos junto al Malagassy Gospel. Vamos ni siquiera el precioso montaje elaborado por Carlos, que recogía fotos de algunas actividades realizadas durante este año por AGAE, lograban calmar mi desconsuelo. Así que esa lluviosa noche de diciembre, llené el coche con todo el material de higiene, que de forma altruista, trajeron las personas que acudieron a la copa de navidad, para llevarlo a la Fundación Escuela de Solidaridad, guarde mi guitarra, abrace a mis amistades y me fui. Los limpiaparabrisas del coche no daban abasto para retirar la lluvia que caía, ni las lágrimas de mis ojos por la enorme tristeza de no haber conseguido…. La cesta. Buahhhh

Javier Muñoz

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