Tal como estaba previsto, el punto de reunión fue el Restaurante la Cueva.
”Anda, pero si ya ha llegado el Fede”.
Tras los saludos de rigor:
”Hola, ¿qué pasa?”
”Hola, ¿qué tal?”
”¿Todos habéis desayunado en la casa?”
”Joer con la crisis.”
Nos dispusimos para la marcha.
”Bueno, ¿estamos todos?”
”Sí, ya ha llegado el Fede.”
”Pues vámonos.”
Nos acoplamos en los coches y nos dirigimos a Puerto Lobo. Una vez que hubimos aparcado, cogido los bastones y colgado las mochilillas, empezamos a andar.
“Esperaros, que vamos a hacer la foto de grupo”.
“Pero, ¿y tú no sales?”
”Luego me coloco con el photoshop”.
”Ah, vale.”
Comenzamos el ascenso hacia la Cruz.
”A esto de las excursiones venimos siempre los mismos”.
”Bueno, no pasa nada”.
“No, si pasar no pasa nada, pero, ¿no estamos en los scouts?”
“Sí, pero no me compares los scouts juveniles con los adultos.”
“Ya, ¿tú fuiste scout de niño? Nos apuntábamos porque nos gustaba salir al campo. Si no hubiera sido así, nos habríamos apuntado a un Club de ajedrez o a clases de bailes regionales. Por muy adultos que seamos, el campo tiene que ser nuestro referente.”
”Espérate, que seguro aparecerá el dato de la naturaleza en la definición de escultismo adulto.
”Mira, llevo en los scouts desde niño y jamas he intentado definirlo. El escultismo es un sentimiento, no una definición.”
”Pero habrá que darle forma. Tendremos que marcar nuestro objetivos, nuestra organización…..
”Posiblemente. Pero para ello habrá otros miembros de AGAE que sepan hacerlo. Yo me adhiero o no, pero no me apetece el debate. Creo que el camino se hace, y nunca mejor dicho, andando.
Y charla que te charla, llegamos a la Cruz.. Nos hicimos nuestras fotillos.
“Ten cuidado que como te pegues una leche, te matas”.
Era el momento de emprender el camino que nos llevaría a la Cueva del Agua:
“¡Anda, pero si le han puesto una reja!”
“Pues no hace años…!
“Pero ahí hay un huequecillo. Por ahí cabemos.
”Tened cuidado que hace unos años aquí se perdió un cura.”
“Joer, pues mi vecina también se perdió aquí: la tuvimos que casar. Debe de ser el agua”.
“¡Qué salvajes! Se han llevado todas las estalactitas.
“Y las estalagmitas también. Ya puestos…no reparan los jodíos en esfuerzos.”
Nos tomamos el tentempié en una recachilla de sol.
“Yo prefiero el sandwich. Así no tengo que comprar el pan tan temprano”.
“Pues nosotros compramos el paquete de chapatas del Mercadona, lo abres ahora y parece recién horneado”.
“Ya te digo”.
“Hola, buenos días”.
“Hola, buenos días”.
“Joer, esto parece la Gran Vía.”
“Mirad, qué vistas tan bonicas”.
“Anda que no”.
“Venga, vámonos que se calienta la cerveza”.
“Oye, ¿os he contado el chiste de la sala de curas?
“Sí. Muy bueno”.
Y ya, to el camino pabajo, en busca de los coches.
“¿Qué queda? ¿Media hora a buen paso?”
“No, un poquillo más”
“Oye que te decía yo de la relación del escultismo con la naturaleza, tan íntima como la relación de Ortega con Gasset. Pues te voy a decir otra cosa igual de importante y evidente. ¿Tú te crees que es normal a nuestros años que tengamos un grupo de gente tan diferente, cada uno de su padre y de su madre, con pasado scout o no, que se encuentre tan bien cuando está reunido?”
“No, no es normal.”
“Pues tanto nos hemos acostumbrado a que sea así que no le damos importancia. A veces alguien de fuera es quien nos hace ver lo que ya no apreciamos: lo bien que estamos juntos. ¿Sabes una cosa?”
“Soy todo oídos”
“Que me da igual que la gente venga de excursión o que no lo haga, que la gente baile, reparta juguetes, cante hasta desfallecer o que constituya guildas como el que come caracoles. Que me da igual. Que lo importante es el grupo y que el grupo va bien. No vayamos a dividirlo por cuatro majaderías”.
“Pues sí”
Y charla que te charla, llegamos al aparcamiento,
“¿Dónde tomamos la cervecica?”
“Aquí mismo hay un chiringuito y no hay que mover los coches”
Y pallá nos fuimos.
“Qué les pongo?”
“Es que falta gente. Vaya usted trayendo quince tercios para los cerveceros y un Ribera del Duero para Maricruz.”
“Oye, ¿y el Lillo y la Toñi?
“Se han bajado”.